Tipos de estrés
El estrés agudo se produce a corto plazo y desaparece rápidamente. Ocurre cuando hay problemas con la pareja, mucho trabajo o se sufre un accidente. La función de este estrés es controlar las situaciones peligrosas. Aunque también se presenta ante situaciones nuevas o emocionantes.
El crónico es cuando la reacción emocional es más prolongada. Cuando hay problemas de dinero, se es infeliz con la pareja o las condiciones de trabajo son malas, se genera estrés durante varias semanas y hasta meses.
Hasta puedes acostumbrarte al estrés crónico sin darte cuenta, lo que termina generando problemas de salud a la larga.
Síntomas y consecuencias del estrés
Hay varios síntomas con los que puedes identificar el estrés, tanto físicos, emocionales como psicológicos. Entre los más frecuentes está el dolor de cabeza, mala memoria, falta de energía, cambios de conducta, estreñimiento o insomnio, por ejemplo.
Cuando se convierte en un problema muy agudo, comienzas a padecer de afecciones más graves, como ataques intensos de ansiedad, depresión, enfermedades del corazón, diabetes, obesidad o la presión arterial alta.
También es posible sufrir de estrés cuando se tiene una condición grave de salud por causa de la carga emocional y física que supone la enfermedad.