Identifica soluciones
Intenta mover tu foco de lo que te ha hecho enojar a las posibles soluciones al problema. Entiende, también, que algunas cosas están fuera de tu control. Por lo que sé realista sobre lo que puedes y no puedes cambiar. También mantén en tu cabeza que la ira no arreglará nada, tan solo empeorará la situación.
Cuenta atrás
Contar desde el 10 hasta el 1 es una buena manera de reducir el ritmo cardíaco y, en consecuencia, la ira que sientes.
Relaja tus músculos
La relajación muscular progresiva es un ejercicio que te permite tensionar y relajar distintos grupos musculares de manera independiente. Cuando lo hagas, recuerda respirar de forma deliberada y lenta.
Utiliza un diario
En el caso de que haya algo que no puedas decir, intenta escribirlo. Los diarios te permitirán procesar tus sentimientos y la forma en la que respondes a ellos. Puede ayudarte a calmarte y analizar los eventos que despertaron esos sentimientos en ti.
Practica la empatía
Intenta analizar la situación desde el punto de vista de la otra persona. Puede que haciendo esto ganes una nueva perspectiva del problema y tu ira se reduzca automáticamente.
Expresa tu ira
Es importante, también, que expreses la forma en la que te sientes de una manera controlada. Las explosiones de ira no te llevarán a ningún lado, por lo que intenta mantener un diálogo maduro para prevenir, incluso, problemas en el futuro y reducir tus niveles de estrés.